Juan está harto. En casa, todo el mundo le riñe para que no haga nada de lo que hacen las niñas. - Juan, por qué pintas el árbol de color plata? Así los pintan las niñas... - Juan, ¿estás llorando? Vamos, sécate las lágrimas, que los niños no lloran. - Juan, ¿estáis jugando a marineros? Pues tú tienes que ser el capitán. En el colegio se ríen si hace lo mismo que las niñas. - Juan es una niña porque ni juega al fútbol. - ¡Juan! ¿Dónde vas con esa camiseta rosa? ¡Pareces una niña!