La metáfora clásica de Hegel “la filosofía como el Búho de Minerva sólo emprende su vuelo en el atardecer”, ha tenido diversas interpretaciones, pero tal vez, la lectura dominante le otorga a la reflexión filosófica la temporalidad de lo acaecido, del pasado y el presente, pero no del porvenir.
Frente a las medidas de emergencia frenéticas, irracionales
y completamente injustificadas para una supuesta epidemia
debido al coronavirus, es necesario partir de las declaraciones
de la CNR (1), según las cuales no sólo “no hay ninguna
epidemia de SARS-CoV2 en Italia”, sino que de todos modos
“la infección, según los datos epidemiológicos disponibles hoy en día sobre decenas de miles de casos, provoca síntomas
leves/moderados (una especie de gripe) en el 80-90%
de los casos”. En el 10-15% de los casos puede desarrollarse
una neumonía, cuyo curso es, sin embargo, benigno en la mayoría
de los casos. Se estima que sólo el 4% de los pacientes
requieren hospitalización en cuidados intensivos”.
Cada año, de los millones de libros que se publican en todo el mundo, solamente entre el 1% y el 7%1 se pone a disposición de los 285 millones de personas ciegas o con discapacidad visual, el 90% de las cuales vive en contextos de bajos ingresos de países en desarrollo2. Para abordar este problema, conocido como el hambre mundial de libros, los Estados miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) adoptaron el 27 de junio de 2013 el Tratado de Marrakech para facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso (“el Tratado de Marrakech”).